viernes, 30 de marzo de 2012

La ciudad que no existia

Pierre Christin, uno de los guinostas más interesantes de la historieta francesa, es un intelectual de izquierda preocupado por los aspectos sociales, como ha demostrado incluso en su serie más conocida, las entretenidas aventuras espaciales de "Valerian". Pero también comprende que muchas de las reivindicaciones románticas de unas y otras formaciones políticas (especialmente de la izquierda, que tradicionalmente ha basado su propaganda en la factibilidad de regímenes y sociedades ideales) no funcionan y que cuando los gobiernos y sociedades han intentado llevarlas a cabo creándolas a la fuerza de forma artficial, han resultado un desastre en todos las órdenes. Las sociedades sublimadas basadas en la igualdad social y económica de los comunistas o la pureza racial de los fasciistas y nacionalsocialistas, tuvieron el final que todos conocemos.

"La Ciudad que No Existia" comienza con la muertye del anciano Hannard, cabeza de un imperio industrial del norte de Francia, alcalde, senador y señor de las vidas y haciendas de la pequeña ciudad industrial de Jadencourt, cuya encomia se basa e la fabrica de fundición y los talleres de costura propiedad de aquel. Su fallecimiento llega en un momento delicado. Los vecinos y trabajadores viven en el limite de la pobreza, sobreviviendo con penalidades en un entorno gris y asfixiante, dominados y controlados por el viejo, y llevan un mes con una huelga que ha paralizado la fabrica del lugar. Vea la historieta y saque conclusiones...

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