domingo, 26 de agosto de 2012

El vals del gulag 1

A través del destino roto de una familia corriente en la URSS de la posguerra, y del retrato sensible y sutil de una mujer dispuesta a todo para volver a ver a su marido “desaparecido”, Denis Lapière nos ofrece una hermosísima y sobrecogedora historia de amor, que ensalza a la perfección el dibujo magistral de Rubén Pellejero. Una obra excepcional, un canto a la tolerancia y a la capacidad de disentir, a la vez que un viaje por uno de los episodios más oscuros de la historia del siglo XX. A través del uso de tonos fríos y neutros, Pellejero logra da cohesión a toda la obra, dotándola de una crudeza triste y melancólica que se transmite al lector, al tiempo que utiliza la preponderancia y el contraste de unos y otros colores para establecer cortes entre los diferentes lapsos temporales en la prolongada línea temporal en que se desarrolla la trama y dotar cada episodio de una identidad propia dentro de la historia, cuidando especialmente la luminosidad y el desarrollo de distintas atmósferas tanto exteriores como interiores. Lo cierto es que a pesar de su aparente sencillez resultaría apasionante analizar cada una de las viñetas del álbum, ya que se nota el cuidado especial que ha puesto en ellas el dibujante.

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