martes, 16 de abril de 2013

El cartero siempre llama dos veces

El cartero siempre llama dos veces: Fatalismo noir
Florenci Clavé (1936-1998) esta versión en viñetas de todo un clásico del género negro: El cartero siempre llama dos veces.
La novela, que ganaría todavía más popularidad gracias a las adaptaciones cinematográficas oficiales (la de Tay Garnett con John Garfield y Lana Turner en los años 40, la de Bob Rafelson con Jack Nicholson y Jessica Lange en los 80), fue publicada originariamente en 1934, y supuso la consagración de su autor, James M. Cain, en el panteón de los autores imprescindibles de la novela negra norteamericana.
El argumento es de sobras conocido: un vagabundo acepta un trabajo en un motel de mala muerte al conocer a la esposa del dueño. Entre ambos surge un romance... y la consiguiente necesidad de acabar con el marido, conseguir dinero y huir hacia una vida mejor...
"Me dejé convencer y a partir de aquel momento me dediqué a planear el asesinato de un hombre que no me había hecho nada". Estas palabras de Frank Chambers, el protagonista en primera persona de la narración, definen el argumento de la novela y la adaptación de Clavé: estamos ante una historia que carece de intriga y cuya investigación policial es nimia. Lo que prima es el retrato del destino fatal de la codiciosa pareja protagonista.
Cora, el personaje femenino principal, se convierte en uno de los arquetipos de la femme fatale, como Frank lo es del loser, el perdedor abocado a un final trágico. Por su parte, el griego Nick Papadakis completa el triángulo fatal que protagoniza la obra.
La adaptación de Clavé es, como era de esperar, modélica, e incluso superior a la de la citada novela de Himes: la expresividad de los rostros (particularmente conseguida en el personaje de Cora y en algunos secundarios relevantes), el detalle de los coches... Al lector le parece oír caer la lluvia, y la silla eléctrica resulta tan amenazante como si él fuera el condenado. El trabajo del dibujante catalán no es minimalista, ni tampoco recargado; todo lo contrario: consigue el equilibrio perfecto en este El cartero siempre llama dos veces, imprescindible para los amantes del más genuino cómic negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario